viernes, 29 de enero de 2016

#40 Hábito: Como en moto


A solo diez días de concluir con este desafío planteado hace cuarenta días, me pasa algo: estoy atravesando uno de los momentos más favorables de mi novela y voy "como en moto".

Es maravilloso poder decirles que si ayer no subí una nota de "Hábito" fue porque no quería (¡Elección!) no quería interrumpir un gran momento de "Carmelo".

Pasaba para contarles esto, para avisar que si estoy ausente por estos días es porque estoy atenta a mi obra personal.  Uno de los aprendizajes que obtuve en este desafío es que "siempre termina teniendo importancia lo importante".  Así que, a aprovechar este momento de abundancia.

Les deseo un gran impulso creativo para esta noche y a trabajar, porque hay que arremangarse para que eso que viene de la inspiración pueda bajarse, concretarse, lo más bonito posible.  Como dijo el Nano: "Uno conoció mucho más el trabajo que la inspiración..." Joan Manuel Serrat.

Cariños y hasta mañana. 

miércoles, 27 de enero de 2016

#39 Hábito: Paz




PAZ

Vamos hacia los árboles... el sueño 
se hará en nosotros por virtud celeste. 
Vamos hacia los árboles; la noche 
nos será blanda, la tristeza leve. 

Vamos hacia los árboles, el alma 
adormecida de perfume agreste. 
Pero calla, no hables, sé piadoso; 
no despiertes los pájaros que duermen.

Alfonsina Storni


Y ahora, volvé a leerlo.  Esta vez muy despacio, saboreando cada verso, masticando las imágenes.

Cariños y hasta mañana.

martes, 26 de enero de 2016

#38 Hábito: Primaveral



PRIMAVERAL


Mes de rosas. Van mis rimas
en ronda, a la vasta selva,
a recoger miel y aromas
en las flores entreabiertas.
Amada, ven. El gran bosque
es nuestro templo; allí ondea
y flota un santo perfume
de amor. El pájaro vuela
de un árbol a otro y saluda
tu frente rosada y bella
como a un alba; y las encinas
robustas, altas, soberbias,
cuando tú pasas agitan
de los himnos de esa lengua
sus hojas verdes y trémulas,
y enarcan sus ramas como
para que pase una reina.
¡Oh, amada mía! Es el dulce
tiempo de la primavera.
Mira en tus ojos los míos;
da al viento la cabellera,
y que bañe el sol ese aro
de luz salvaje y espléndida.
Dame que aprieten mis manos
las tuyas de rosa y seda,
y ría, y muestren tus labios
su púrpura húmeda y fresca.
Yo voy a decirte rimas,
tú vas a escuchar risueña;
si acaso algún ruiseñor
viniese a posarse cerca
y a contar alguna historia
de ninfas, rosas y estrellas,
tú no oirás notas ni trinos,
sino, enamorada y regia,
escucharás mis canciones
fija en mis labios que tiemblan.
¡Oh, amada mía! Es el dulce
tiempo de la primavera.
Allá hay una clara fuente
que brota de una caverna,
donde se bañan desnudas
las blancas ninfas que juegan.
Ríen al son de la espuma,
hienden la linfa serena;
entre polvo cristalino
esponjan sus cabelleras;
y saben himnos de amores
en hermosa lengua griega,
que en glorioso tiempo antiguo
pan inventó en las florestas.
Amada, pondré en mis rimas
la palabra más soberbia
de la frase de los versos
de los himnos de la lengua;
y te diré esa palabra
empapada en miel hiblea...
¡Oh, amada mía! Es el dulce
tiempo de la primavera.
Van en sus grupos vibrantes
revolando las abejas
como un áureo torbellino
que la blanca luz alegra;
y sobre el agua sonora
pasan radiantes, ligeras,
con sus alas cristalinas
las irisadas libélulas.
Oye: canta la cigarra
porque ama al sol, que en la selva
su polvo de oro tamiza,
entre las hojas espesas.
su aliento nos da en un soplo
fecundo la madre tierra,
con el alma de los cálices
y el aroma de las yerbas.
¿Ves aquel nido? Hay un ave.
Son dos: el macho y la hembra.
Ella tiene el buche blanco,
él tiene las plumas negras.
En la garganta el gorjeo,
las alas blancas y trémulas;
y los picos que se chocan
como labios que se besan.
El nido es cántico. El ave
incuba el trino, ¡Oh poetas!,
De la lira universal
el ave pulsa una cuerda.
Bendito el calor sagrado
que hizo reventar las yemas.
¡Oh, amada mía! Es el dulce
tiempo de la primavera.
Mi dulce musa Delicia
me trajo un ánfora griega
cincelada en alabastro,
de vino de Naxos llena;
y una hermosa copa de oro,
la base henchida de perlas,
para que bebiese el vino
que es propicio a los poetas.
En el ánfora está Diana,
real, orgullosa, esbelta,
con su desnudez divina
y en actitud cinegética.
Y en la copa luminosa
está Venus Citerea
tendida cerca de Adonis
que sus caricias desdeña.
No quiere el vino de Naxos
ni el ánfora de asas bellas,
ni la copa donde Cipria
al gallardo Adonis ruega.
Quiero beber del amor
sólo en tu boca bermeja.
¡Oh, amada mía! Es el dulce
tiempo de la primavera.

Rubén Darío.


Un poco más de él.  Nos merecemos a Rubén Darío, un poco más.

Cariños y hasta mañana.

lunes, 25 de enero de 2016

#37 Hábito: Pegaso



PEGASO


Cuando iba yo a montar ese caballo rudo
y tembloroso, dije: «La vida es pura y bella».
Entre sus cejas vivas vi brillar una estrella.
El cielo estaba azul y yo estaba desnudo.

Sobre mi frente Apolo hizo brillar su escudo
y de Belerofonte logré seguir la huella.
Toda cima es ilustre si Pegaso la sella,
y yo, fuerte, he subido donde Pegaso pudo.

¡Yo soy el caballero de la humana energía,
yo soy el que presenta su cabeza triunfante
coronada con el laurel del Rey del día;

domador del corcel de cascos de diamante,
voy en un gran volar, con la aurora por guía,
adelante en el vasto azur, siempre adelante!


Rubén Darío.


Rubén Darío.  Pronto más de Rubén Darío que tanto bien nos hace.

Cariños y hasta mañana.

domingo, 24 de enero de 2016

#36 Hábito: Esos días extraños... como éste, extraño y día... como esos, como éste.





ESOS DÍAS EXTRAÑOS...


Vienes de afuera. Traes

vitales adherencias en la mirada clara.
Se te ve el regocijo. El júbilo te invade.
Repites nombres, cosas. Y al punto te detienes
en ese espacio grave de distancia que existe
en ese espacio grave de distancia que existe
entre el fervor que traes y el silencio que habito...

¿Qué tengo? ¿Qué contorno

de penumbra me sella y me fatiga?
¿Bajo qué precipicios cierro los ojos tristes
y apenas ya converso con brumas imprecisas?
¿Qué sucede que apenas te conozco,
que tu mirada clara se me borra en las manos
y me enredo en mi noche y mis recuerdos?

Pronto ves que no entiendo.

Que no estoy. Que no escucho.
Que irremediablemente me pierdo en esa umbría
donde, ciego y perdido, rompo mis pobres báculos
que he bajado a una estancia de fiebres invasoras
de donde extraigo, huraño y melancólico,
mis diarias cosechas, mis vinos silenciosos.

Algo quieres decirme. Algo quieres contarme.

Pero no estoy. No siento. Persisto en mi guarida.
Me hospedo en esa niebla donde a veces me pierdo,
bajo la estera oculta donde me afano y doblo,
en la triste carlanca donde enfundo mi sangre,
en mi agujero amargo.



Elvio Romero




Cariños y hasta mañana.

sábado, 23 de enero de 2016

#35 Hábito: Muy Lugones en este sábado.




Muy Lugones en este sábado.  Aquí, uno de mi selección:



HISTORIA DE MI MUERTE

Soñé la muerte y era muy sencillo:
Una hebra de seda me envolvía,
y a cada beso tuyo
con una vuelta menos me ceñía.
Y cada beso tuyo
era un día.
Y el tiempo que mediaba entre dos besos
una noche. La muerte es muy sencilla.

Y poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal. Ya no la retenía 
sino por un sólo cabo entre los dedos...
Cuando de pronto te pusiste fría,
y ya no me besaste...

Y solté el cabo, y se me fue la vida.

Leopoldo Lugones



Cariños y hasta mañana.

viernes, 22 de enero de 2016

#34 Hábito: Utopía


"Llamóla Utopía, voz griega cuyo significado es no hay tal lugar".  Quevedo.

Gracias a esta experiencia, me animo a hacer algunas declaraciones cerradas que están fundamentadas por mi experiencia y mi interpretación de esta experiencia de "#50 Hábito".  Antes de proseguir, quiero recordarte esto: es solo mi opinión.  Y una opinión es apenas una interpretación de lo acontecido, puede haber muchas otras experiencias y muchas otras interpretaciones sobre esas mismas experiencias.

Digo que son "aprendizajes", aunque todavía no puedo confirmar si fueron reales aprendizajes, al menos conclusiones racionales.

En un primer momento me negaba a preparar material que no fuera a ser presentado el mismo día, pero después me di cuenta que no tenía nada de malo responsabilizarme por los días que sabía no iba a tener tiempo.  Tenía en claro que quería generar el hábito de dedicarle tiempo diariamente pero si algún día no podría hacerlo estaba muy bien que me hiciera cargo de eso, y entendí que ser estricto es también ser flexible.  Aprendí que me convenía estar atenta a lo que quería lograr y no a otras cuestiones que se suscitan.

Aprendí que no todos los días voy a tener algo increíble para decir.

Aprendí que cuando estoy dispuesta, el Universo es abundante.

También aprendí que se trata de una manera de ser y no de hacer (aunque ser sea hacer, comienza en la creencia de ser, no con el accionar sin fe).  Lo mejor de todo es que ya tengo la respuesta a la pregunta del pajarito.  La pregunta era :"¿El pajarito está contento porque canta o canta porque está contento?".  El pajarito canta porque está contento.  Si no estuviera contento, no sería posible cantar, no podría hacerlo.  Toda acción deviene del ser, si no soy la acción se cae.  Si no estoy contento, voy a dejar de cantar.  Si no creo que soy, voy a dejar de hacerlo.

Cuando se me hacía muy fácil, llegué a reprochármelo.  Había un pensamiento (pre-existente) que me marcaba la falta de esfuerzo como algo negativo.  Probablemente desde la creencia de que "todo cuesta" (y asociada a que si eso es bueno, cuesta).  No podía creer con qué facilidad iba encontrando el espacio para subir la nota del día y hasta llegó a darme bronca cuando tenía los días cubiertos, como por ejemplo, cuando subía un texto por capítulos.

El momento de subir la nota iba variando pero siempre estuvo determinado ese momento que utilizaría al comienzo del día.  Cuando arrancaba tenía en claro que si durante el día iba a estar muy ocupada, era preciso que la subiera a primera hora.  Si sabía que durante la noche iba a poder dedicarle el tiempo, lo dejaba para la última hora del día.

Después me dí cuenta que si se iba a tratar de un hábito, iba a tener que darle un lugar específico, especialmente dedicado y que no quedara librado al azar, sobre todo porque en pocos días iba a cambiar mi rutina y necesitaba seguir dedicándole el espacio.  Por eso elegí DISCIPLINARME al día #24.  Tal vez fue la mayor revelación de este desafío para mí: Si se quiere anclar un hábito, que sea a la misma hora.

Ese día puedo reconocerlo como un día clave.  El día #24 decidí que la última hora del día era para el blog.  Ese día percibí que me había deshecho de algunas creencias  como "no tengo tiempo todos los días" o "algún día no voy a poder hacerlo".

Descubrí que siempre termina teniendo importancia lo importante.

Ese mismo día, conseguí disciplinarme y causalmente retomé mi novela postergada.  Hace varios años que estoy con una novela en proceso: "Carmelo".  La había postergado mucho tiempo, la miraba de a ratos, continué con otra novela y ahora la retomo con profunda pasión.

Gracias a todos los que me agregaron "a sus círculos" y gracias a los de siempre.  No sé si aprendí realmente todo esto, algo habrá quedado en la zaranda.


Me voy a dormir.  Los abrazo y hasta mañana.

jueves, 21 de enero de 2016

#33 Hábito: Los hombres del Pasaje


Los hombres del pasaje son tres poetas.  Aquí les arrimo un poema de Pablo Neruda, cuando la poesía va en su búsqueda, cuando el hombre se queda prendido de esta manera de operar y trabajar el mundo en su forma transversal y emocional.  Hombres del Pasaje, hombres completos, sensitivos que se acercan a: 


LA POESÍA

Y fue a esa edad... llegó la poesía
a buscarme.  No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran
palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.

Yo no sabía qué decir, mi boca
no sabía
nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando
aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura
tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto
el cielo
desgranado
y abierto,
planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada
por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.

Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío
constelado,
a semejanza, a imagen
del misterio,
me sentí parte pura
del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.

Pablo Neruda.


Los abrazo, poetas, hombres del Pasaje.  

Cariños y hasta mañana.

anamaria.maidana@gmail.com


miércoles, 20 de enero de 2016

#32 Hábito: Esta noche



Volví en auto, me había ido en bicicleta.  Me parece perfecto, ahora tengo excusa para volver en busca de la bicicleta y volver por una amiga.

Me enviaron una canción por mensaje.  Me la cantaron especialmente, eso la transforma en un obsequio personal, intransferible, inagotable.

Comí un alfajor.

Vi la luna así.

También leí una frase del Artista Iñaki Rubio de Mar del Plata: "Seremos lo que soñamos ser o no seremos nada" y este es mi último pensamiento de la noche que tuve la suerte de compartir con el autor, a propósito de cómo sostener la vida del escritor: creo que vos y yo vamos a seguir siendo lo que somos, lo demás que hagamos es una circunstancia.

Es por eso que no puedo ir a la cama sin antes publicar la nota del día.  No recibo nada a cambio, no tiene que ver con el compromiso de "#50. Hábito", lo hago para sentir que hoy hice algo por esa felicidad de ser quien sueño ser.

Repetimos como un mantra y que resuene en todas las batallas: "Seremos lo que soñamos ser o no seremos nada".

Cariños y hasta mañana.

anamaria.maidana@gmail.com

martes, 19 de enero de 2016

#31 Hábito: El caballo ardiente



EL CABALLO ARDIENTE

El caballo ardiente regala su lengua a doncellas y brujas.  Entrega su savia aunque se sequen sus vetas y vaga sin rumbo buscando el sueño.  Pero el mundo gira y la arena cae desorbitando sus ojos (Aún recuerdo la ternura de su cuello).

No pretendas cabalgarlo al verlo pasar, detén su marcha descarriada.  No mires solo el pétalo de su piel o la luna de su cadera o el mármol de sus muslos.  Mira la sal en sus mejillas, el grito en sus pupilas y el azul en su alma.

Limpia la sangre de su camino, llévalo a descansar entre las amapolas, dale de beber con tus manos el agua pura del olvido, antes de que deje de ver las estrellas.


De Tanya Tynjälä, "Grageas 3".  Ed. Desde la gente.

Cariños y hasta mañana.
anamaria.maidana@gmail.com

lunes, 18 de enero de 2016

#30 Hábito: Tocar fondos



TOCAR FONDOS


Sentí que mi mundo se hundía.
Necesitaba un pensamiento.
Una sensación, un sentimiento
que me ayude a no caer.

Entre tanta oscuridad
imaginé la angustia de tu mirada
si yo no estuviera.

Respiré profundo, continué...

Simplemente... no caí.


Sandra Robledo


Extraído de la pequeña antología del "Taller Literario en Arte Musas" - El Pasaje.  Año 2015.

Cariños y hasta mañana.
anamaria.maidana@gmail.com

domingo, 17 de enero de 2016

#29 Hábito: Animarme



ANIMARME


Rozar tu piel
no...
no pude
y rémoras de mi ayer
nos separaron.
Secuestrada en mi piel
y en mi mente
no me permití volar.
Te dejé ir.


Stella Netri


Extraído de la pequeña antología del "Taller Literario en Arte Musas" - El Pasaje.  Año 2015.

Cariños y hasta mañana.
anamaria.maidana@gmail.com

sábado, 16 de enero de 2016

#28 Hábito: Miras para el otro lado de la ventana



MIRAS PARA EL OTRO LADO DE LA VENTANA


Corre mientras corre maquillaje
encima de la piel,
perseguido por cuchillos y tenedores
dispuestos a comérselo.

Frunció muecas y jodió piernas
a ojerosos mal hablados.

Hizo sangrar árboles viejos
en caminos sin asfalto,
mató angelitos de la rama más alta
y jugosa del Olimpo.


Tobías Ruiz Ledesma


Extraído de la pequeña antología del "Taller Literario en Arte Musas" - El Pasaje.  Año 2015.

Cariños y hasta mañana.
anamaria.maidana@gmail.com

viernes, 15 de enero de 2016

#27 Hábito: Sueño sumergido


SUEÑO SUMERGIDO

En este humilde opúsculo
traigo, o eso intento,
los sueños al mundo real
sumergirnos y sumergir al mundo
donde los seres ven sin ojos,
caminan sin pies y van, vienen
por el tiempo y el espacio.
Extrañamente me encontré con
un fulano, torturado de cerebro,
que me escupió la cara y me dijo
que el mundo es real así como lo hizo Dios.
Yo no afirmo lo contrario, solo digo:
Abre tus ojos y mira que te estás
perdiendo la vida,
te estás perdiendo a ti mismo.
En una vórtice de equivocaciones,
qué es verdad y qué es mentira.
Nunca entendió.
Nosotros que ya traspasamos la locura
podemos darnos el lujo de vivir este sueño
de días sin sol y lunas rojas,
con hurones que disertan sobre filosofía
y elefantes con patas de jirafa,
en días que duren mil años.
Para siempre, amor, seamos felices.


Marcos Ponce


Extraído de la pequeña antología del "Taller Literario en Arte Musas" - El Pasaje.  Año 2015.

Cariños y hasta mañana.
anamaria.maidana@gmail.com

jueves, 14 de enero de 2016

#26 Hábito: La preeminencia del amor



Hoy tomé una antología de Omar Cerasuolo, no recuerdo la edición, me impactó el primer texto: un pasaje bíblico: Primera Carta a los Corintios.

La parte de esta carta que me resuena: 

"Aunque tuviera el don de la profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada".
(...)
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño.  Ahora vemos como en un espejo, confusamente, después veremos cara a cara".

Cariños y hasta mañana.


miércoles, 13 de enero de 2016

#25 Hábito: Aguas azules bajo la selva maya (5)



5


Mientras el universo entero se abisma en el cero, en la cima de la Pirámide de los Astros el escultor continúa cortando con henequén empapado en miel la piedra caliza para que en ella asome la mirada del Chac, el Señor de las Aguas.  Obsesionados por los majestuosos cursos de las estrellas, los mayas saben tanto como nosotros que su tiempo pasará, como el nuestro, en una exhalación.  Mientras el mundo desaparece dentro del signo del matemático, siembra el escultor en las piedras prodigiosas fiestas de signos, indiferente al hecho de que la eternidad los hará incomprensibles.  Inmunes a la nulidad que toda comprensión suscita.



(Y no voy a esperar hasta mañana: última parte)

6


En la noche lluviosa me extravío en las ruinas de Uxmal, en la afiebrada exaltación de su intrincación significa que la decoración selvática no calma.  Pirámides y ruinas fingen indescifrables gestos bajo el relámpago.  No más que una centella son civilizaciones o vidas.  El mismo fogonazo que consume ilumina.  Lo eterno no es la obra, sino el momento de crearla.  Con sus ojos de rana, la imensa cabeza de Chac me contempla, impasible.

Parte 5 y 6 de "Aguas azules bajo la selva maya" de Luis Britto.  Extraído de la antología "El Cero o la Nada" - Ed. Desde la gente.


Cariños y hasta mañana.



martes, 12 de enero de 2016

#24 Hábito: Aguas azules bajo la selva maya (4)




4

José Silveira y yo caemos despiertos en el abismo líquido del cenote, que es como un sueño.  Tras los hilos de luz de las linternas buceamos hacia el hilo de guía, con el que no hay que enredarse porque podría atarnos para siempre.  Abajo está la tiniebla donde los mayas arrojaban víctimas o semillas de astros.  Cruzamos nuestras linternas sobre una brizna de nulidad palpitante.  En el centro de los hilos luminosos resplandece el pez ciego, cuya dicha es no huir de la luz porque no la conoce.

Continuará...

Parte 4 de "Aguas azules bajo la selva maya" de Luis Britto.  Extraído de la antología "El Cero o la Nada" - Ed. Desde la gente.

Cariños y hasta mañana.


lunes, 11 de enero de 2016

#23 Hábito: Aguas azules bajo la selva maya (3)




3

Enceguecido como por un sol oscuro, el matemático que medita sentado en la cumbre de la Pirámide del Adivino por primera vez en la historia descubre el cero.  Sin el cero nada puede ser verdaderamente pensado en matemática ni en ningún otro campo, pero con el cero termina todo pensamiento.  El matemático parpadea.  En el juego de pelota sigue el griterío, pero distanciado por el silencio que sobre él pasará dentro de mil años, y el que pesará de ahora en otros mil.  El matemático se inclina sobre códice donde acaba de trazar el signo del cero.  Cae dentro de él como en un abismo, y detrás de él los esplendorosos jugadores y sus juegos de poder y la civilización y nosotros y todo lo que vendrá detrás de nosotros.  El cero no es la causa de la nulidad, sino la consecuencia.  Todo lo que de él se levanta vuelve a él, pero quienes lo piensan viven el horror de caer en él despiertos.

Continuará...

Parte 3 de "Aguas azules bajo la selva maya" de Luis Britto.  Extraído de la antología "El Cero o la Nada" - Ed. Desde la gente.

Cariños y hasta mañana.

domingo, 10 de enero de 2016

#22 Hábito: Aguas azules bajo la selva maya (2)





2

El sol culmina sobre el patio del juego de pelota maya de Uxmal.  Con caderazos, con golpes de hombro y muslo los jugadores impulsan la pesada pelota de caucho.  Cada golpe arranca sangre y una ovación de las abigarras tribunas.  Penachos guerreros, estandartes sacerdotales, capas de plumas de quetzal tremolan como queriendo dirigir el orbe de caucho hacia el anillo cuya penetración decide la ganancia o la pérdida de vidas y fortunas, el poder o la ruina de clanes, dinastías, gobiernos.  Chasquea un poderoso golpe de hombro.  La pelota sale disparada hacia el sol.

Continuará...

Parte 2 de "Aguas azules bajo la selva maya" de Luis Britto.  Extraído de la antología "El Cero o la Nada" - Ed. Desde la gente.

Cariños y hasta mañana.


sábado, 9 de enero de 2016

#21 Hábito: Aguas azules bajo la selva maya (1)





1

Por la trocha en la selva maya galopa el caballo Careto.  Careto arrastra la plataforma con ruedas sobre los rieles.  Sobre la plataforma trepidan escafandras y compensadores y reguladores y el señor Roberto con las riendas y José Silveira y yo.  Nos fuetean la cara ramas floridas.  Nos eluden mariposas encandilantes.  A veces corremos por túneles vegetales.  A ratos llueve.  Careto sube pequeñas cuestas, galopa en bajadas de montaña rusa.  Mosquitos y tábanos zumban a nuestro paso.  Se detiene Careto y corre a la derecha de la vía para pasar entre los árboles.  Hemos llegado al cenote.  En las selvas del Yucatán no hay ríos.  El agua se cuela por el suelo calcáreo, excava cavernas como catedrales, repleta lagos abisales, corre por ríos subterráneos.  A veces la bóveda de uno de estos templos sumergidos se derrumba.  Por un agujero que parece boca del infierno vemos decenas de metros más abajo aguas azul turquesa.  Racimos de raíces cuelgan como árboles invertidos.  Revolotean golondrinas.  Es el cenote, o pozo sagrado, depositario de las aguas de la vida.  En los delirios de los rituales de desangramiento soñaban los antiguos mayas un mundo subterráneo del cual sólo héroes o sabios resurgían convertidos en astros.  Quien era arrojado en sacrificio a un cenote no volvía al mundo de los vivos.  Quizá en efecto regresaba solo como fulgor o sombra.  Hacia la tiniebla descolgamos con poleas las bombonas de buceo y bajamos por escalas de hierro, a veces reptamos con bombonas en la espalda hasta el agua helada que parece no haber recibido nunca el sol.

Continuará...

Parte 1 de "Aguas azules bajo la selva maya" de Luis Britto.  Extraído de la antología "El Cero o la Nada" - Ed. Desde la gente.

Cariños y hasta mañana.

viernes, 8 de enero de 2016

#20 Hábito: El color de la infancia





"La única patria que tiene el hombre es su infancia".
Rainer María Rilke.


"Lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa es en ella una maravilla".
Gilbert Keith Chesterton.


"La infancia es un privilegio de la vejez. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca".
Mario Benedetti. 


"Cuando el niño destroza su juguete, parece que anda buscándole el alma".
Victor Hugo. 


"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices".
Oscar Wilde. 


"Los niños adivinan qué personas los aman. Es un don natural que con el tiempo se pierde".
Charles Paul de Kock. 


"Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan".
Antoine de Saint-Exupéry. 



Conectarnos con la propia infancia nos remite a uno de los momentos de mayor creatividad de nuestra vida.  Nos movía una curiosidad incesante que se expresaba en la invención de juegos, la seriedad del juego,  el juego tomado como cosa seria.  Retomar esa infancia, inocente y arriesgada, hace que nos conectemos con la creación sincera, auténtica.  "Los niños no mienten" y cuando éramos chicos no nos mentíamos acerca de lo que nos gustaba hacer.  No nos engañábamos con excusas.  Cuando algo nos gustaba, íbamos al encuentro.

Volver a esa etapa de colores es volver a lo mejor de lo que fuimos, a lo intuitivo y creativo.  Un grandioso punto de partida.


"La infancia transcurre entre sonidos, olores e imágenes, antes de llegar a la edad oscura de la razón”
John Betjeman



Cariños y hasta mañana.

jueves, 7 de enero de 2016

#19 Hábito: Un regalo que me hago




Mírenme, soy feliz 
entre las hojas que cantan 
cuando atraviesa el jardín 
el viento en monopatín. 

Cuando voy a dormir 
cierro los ojos y sueño 
con el olor de un país 
florecido para mí. 

Yo no soy un bailarín 
porque me gusta quedarme 
quieto en la tierra y sentir 
que mis pies tienen raíz. 

Una vez estudié 
en un librito de yuyo 
cosas que sólo yo sé 
y que nunca olvidaré. 

Aprendí que una nuez 
es arrugada y viejita, 
pero que puede ofrecer 
mucha, mucha, mucha miel. 

Del jardín soy duende fiel, 
cuando una flor está triste 
la pinto con un pincel 
y le toco el cascabel. 

Soy guardián y doctor 
de una pandilla de flores 
que juegan al dominó 
y después les da la tos. 

Por aquí anda Dios 
con regadera de lluvia 
o disfrazado de sol 
asomando a su balcón. 

Yo no soy un gran señor, 
pero en mi cielo de tierra 
cuido el tesoro mejor 
mucho, mucho, mucho amor




Cariños y hasta mañana.

miércoles, 6 de enero de 2016

#18 Hábito: Alejandra





MÁS ALLÁ DEL OLVIDO

alguna vez de un costado de la luna
verás caer los besos que brillan en mí
las sombras sonreirán altivas
luciendo el secreto que gime vagando
vendrán las hojas impávidas que
algún día fueron lo que mis ojos
vendrán las mustias fragancias que
innatas descendieron del alado son
vendrán las rojas alegrías que
burbujean intensas en el sol que
redondea las armonías equidistantes en
el humo danzante de la pipa de mi amor


Alejandra Pizarnik



ORIGEN

Hay que salvar al viento
los pájaros queman el viento
en los cabellos de la mujer solitaria
que regresa de la naturaleza
y teje tormentos
Hay que salvar al viento

Alejandra Pizarnik



SÓLO UN NOMBRE

alejandra alejandra
debajo estoy yo
alejandra

Alejandra Pizarnik



8

Memoria iluminada, galería donde vaga la sombra de lo que espero.
No es verdad que vendrá. No es verdad que no vendrá.

Alejandra Pizarnik



EN TU ANIVERSARIO

Recibe este rostro mío, mudo, mendigo.
Recibe este amor que te pido.
Recibe lo que hay en mí que eres tú.

Alejandra Pizarnik



No [poder] querer más vivir sin saber qué vive en lugar mío ni escribir si
para herirme la vida toma formas tan extrañas.

(La palabra entre corchetes figura escrita a lápiz por AP encima de “querer”, que no está tachada)

Alejandra Pizarnik



Durante una entrevista que le hiciere en su momento María Isabel Moia, en el año 1972, respondía así:

"Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo (cf. Kafka). Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos".

Tal vez Alejandra no vino a este mundo a alejar al Malo, tal vez solo vino a ver el jardín, a encontrar colores feroces en los vientos, a leer a Proust, a Klee, a Rousseau, a mirar por la ventana ajena a todo.

En esa misma entrevista lo cita a Trakl:  "Pienso en una frase de Trakl: Es el hombre un extraño en la tierra. Creo que, de todos, el poeta es el más extranjero. Creo que la única morada posible para el poeta es la palabra".




Cariños y hasta mañana.


martes, 5 de enero de 2016

#17 Hábito: Juan Gelman, el intenso.



OFELIA

Esta ofelia no es la prisionera de su propia voluntad
ella sigue a su cuerpo
espléndido como un golpe de vino en medio de los hombres
su cuerpo estilo renacimiento lleno de sol de Italia pasa por buenos 
                    aires
ofelia yo en tus pechos fundaría ciudades y ciudades de besos
hermosas libres con su sombra a repartir con los amantes mundiales
ofelia por tus pechos pasa como un temblor de caballadas a medianoche 
                    por Florencia
tus pechos altos duros come il palazzo vecchio
una tarde de verano de 1957
iba yo rodeado de tus pechos sin saberlo
era igual la delicia la turbación el miedo
las sombras empezaban a andar por las callejas con un olor
                    desconocido
algo como tus pechos después de haber amado
eras oscura ofelia para entonces y enormemente triste
una adivinación una catástrofe
un oleaje de olvido después de la ternura
una especie de culpa sin castigo
de furia en paz con su gran guerra
andabas por Florencia con tus pechos yendo y viniendo por sombras
con saudade de mí seguramente
tu hombro izquierdo digamos
lloraba a tus espaldas o largaba sus ansias lentas en el crepúsculo y 
                    ellas venían a mi sangre
o eran un temblor como un presagio
gracias te sean dadas ojos míos
yo les beso las manos bésoles muy los pies
gracias narices muchas gracias oídos con que escucho
los ruidos
                    de la ofelia
antes apenas era una ciudad de Italia
sus tiros me llenaban de otra desgracia el corazón.


Juan Gelman



¡Qué intensidad! Palabras intensas como su vida.  Hay más, mucho más, Juan escribía desde chiquito:



UN HOMBRE Y UNA MUJER

Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.


Juan Gelman



AUSENCIA DE AMOR

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobrecristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo
lo que he esperado
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.


Juan Gelman



VELORIO DEL SOLO

En la fecha 

Solo de ti, lleno de ti,
esta tarde a las 7,
el ciudadano de tu ausencia
se palpaba la cara, la voz, los papelitos,
deveras comprobando
que tus ruidos andaban por sus huesos
y en general te habías ido. 

Golpeó puertas, teléfonos.
La gran ciudad estaba equivocada sin tu pelo, señora,
y él sentía tirones detrás del corazón. 

A lo mejor era el tabaco,
de todos modos yo soy otro:
un pedazo de ti,
alguien a quien castigan puertas, ruidos, teléfonos,
y, andá a saber por qué,
toda la parentela de la muerte. 

Juan Gelman


Conmovedor.  En ese decir, Juan, parece que es y no es el autor.  Me refiero a esa abstracción que logra de sí mismo para aproximarse a las cosas más puras.  Como aquí dice, "yo soy otro", parece que fuera otro el que escribe y capta esencialmente al mismo Juan y su contexto.  No me parece trivial que haya podido escribir sobre su gran tragedia y muy a pesar de su tragedia, del mismo modo, despersonalizando al Juan del propio Juan, despojado del dolor por un rato para escribir sobre el dolor.  Así como escribía sobre unos pechos, sobre el amor, también escribía sobre la muerte y con la intensidad de quien la contempla frente a frente, como si fuera una manzana.  Juan contemplaba todo intensamente.

Maestro.


Cariños y hasta mañana.