viernes, 29 de mayo de 2015

Nuevos días y horarios en el Centro Cultural Arte Musas

Nuevos días y horarios para el taller literario en Arte Musas.
Ahora tenemos un día de tarde, un poco más temprano, y otro día de siesta, para que elijas la opción que más te gusta.

Martes de 17.30 a 19.00 hs.
Miércoles de 14.00 a 15.30 hs.

Invierno, no te tenemos miedo. ¡¡A seguir tallereando!!
Porque cuando escribimos, nos describimos, descubrimos quiénes somos.
Centro Cultural Arte Musas, Las Heras 773, Escobar.
Tel: 0348-4433001


Cariños.

domingo, 24 de mayo de 2015

Una vida feliz 7: Hacer con pasión

Ahí está, salió ese título y no sé que decir sobre eso, aunque si lo pienso un poco, sí, sé lo que es hacer con pasión.  Después le agregué "Una vida feliz" cuando terminé de escribir esta nota, porque me pareció que  eso tenía mucho sentido y hacía rato que no escribía en este apartado.

Algo sucede que llego a fin de mes.  Los clientes rotan, la gente publica y se va, pero siempre hay más, siempre hay alguien que está llegando, preguntando sobre lo que hago, cómo lo hago.  Algo los atrae.  Algo les dice que lleguen hasta mí.  No estoy segura que tenga que ver conmigo, es algo que me excede, nada tiene que ver con mis resultados.  ¿Magia? ¿Creemos en la magia? ¿Vos, crees en la magia?

Hace un rato postié en facebook:
"Cuando hacés lo que te apasiona, no existe nada más



Cuando era chica, el director del colegio primario al que fui, me dijo: "Tenés ojos de lucero".  Ya de grande, un hombre que conocí en una breve charla (no recuerdo su nombre, qué lastima que no lo recuerde, en fin, ¿El nombre es importante?), me dijo: "Tenés un brillo especial en los ojos, vas a lograr grandes cosas". Nunca entendí lo que eso significaba hasta hace un rato.  Recién entendí de qué se trataba esto.  

Soy una atrevida que vive de sus sueños, soy una loca que no tiene un sueldo fijo, ni obra social, ni jefes. Soy una emprendedora ilusa, sin tarjetas de crédito ni planes que otorga el gobierno.  Soy una escritora que se anima a vivir de eso, cuando todos dicen que vivir de la escritura es imposible.  Logré hacer de mi sueño una profesión.  Conocí de manera virtual gente de otras regiones de mi país, norte, sur y centro.  Y cuando creía que había llegado lejos, me encuentro conversando con habitantes de países americanos, europeos, oceánicos.  
"Yo quise fin y había más, yo quise más, no había fin". 
Recién, hace un rato, entendí que tal vez eso de lograr grandes cosas es justamente esto, lo que está pasando, lo cotidiano.  La felicidad es esto que está pasando.  No es el premio Nobel, son los momentos, los pequeños triunfos (¿Pequeños? ¿Comparados con qué? ¿Una sonrisa tiene medida?) los momentos son los que van esculpiendo la vida, esto que pasa.  Sonrisa a las diez de la mañana vs. Nobel, ¿Quién gana?

Acción.  Hacer y hacer con pasión.  Hacer, dar el paso.  Tirarse de bomba en la pileta.  Morder la manzana.  Hacer eso con todo, tirarse con ganas.  

"No existe sombra, 
no existe culpa, 
no existe cruz. 
No voy a esperar 
las caras que yo extraño, 
no voy a esperar 
que el destino hable por mí. 
Y en medio de las lluvias del invierno 
no hay tiempo ni lugar, 
yo sé que entenderás 
que amor 
para quien busca una respuesta 
es un poquito más que hacerme bien". 


"Tu amor" de Charly García

Termino acá, así, diciendo que hacer con pasión es un poquito más que hacerte bien. 


Cariños.





martes, 19 de mayo de 2015

Presentación del libro "Sabio, lleno y solo" de Alejandro Schatz


El viernes 15 de mayo acompañé a Alejandro Schatz en la presentación de su libro en Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires.

Una noche sin nervios, con lágrimas de emoción.  Una noche con familia, amigos, brazos abrazando, sonrisas, agradecimiento, mucho de eso.

En este proyecto, acompañé a Ale desde que tomó la decisión de escribir su novela, hasta su corrección y edición.  Algunos días y 290 páginas después, se encontró con su libro publicado, ilustrado por Gonzalo Faro.

Este es mi aporte en el prólogo:


Podría definir esta novela, “Sabio, lleno y solo”, como una portentosa historia masculina que logra amalgamar un relato varonil con una sutil historia de amor.

Se mete.  Recorre.  Atrapa.

Todo lo que parecía sin sentido comienza a tomar forma.  Las fichas van cayendo en el tablero, naturalmente, como una hoja que se desprende: simple, familiar.

Esta, su primera novela, logra conectarnos con esos espacios de conocida incertidumbre, de pregunta existencial, de camino ignorado.  Tiene el olor de la emoción fuerte.  Se siente como la duda, de esa forma, abarcando todo… llevándolo al lector a la reflexión constante.

Se sigue metiendo.  Vuelve a recorrer.  Hasta que se escucha la decisión tomada.  Firme, terminante.

¿Quién no se ha encontrado, alguna vez, en una encrucijada… a punto de tomar una decisión que cambiaría el devenir de nuestra vida entera?  Eso, cuestión, que viene de quaestionis: buscar, interrogatorio, averiguación.

Somos nuestros propios maestros y guías,  llevamos en nuestro interior una energía creadora innata, a veces visible, otras veces remolona.  Una vez deducida debemos responder impulsando esa energía, encausándola en el camino correcto.  Entonces, es cuando nos descubrimos.   Y ya no buscamos, no hay más cuestión.  Ahora es un encontrar continuo, incesante.

El mismo autor me dijo: “Tiene mucho del autor, de exorcismo privado, de descubrirme”.

Alejandro Schatz se descubrió en el transcurrir de este libro y encontró su camino, un preciado día se vio escritor.

Lea con extremo cuidado, querido lector, no sea cosa que se involucre demasiado con la obra.  No se deje cautivar por el impulso arrasador o la furiosa pasión de estas líneas.  Llame a su sano juicio entre párrafos para no caer en un encantamiento del que no podrá salir.  Recuerde atender sus obligaciones maritales, su compromiso laboral y sus horas de sueño.


                                                                                                           Ana María Inés Maidana
                                                                                                          Coach Ontológico y Escritora


Algunas imágenes de esa noche:

                        








Gracias Ale.
Ya empezamos con el segundo, eso nos habla de un escritor consumado.

Cariños.



viernes, 8 de mayo de 2015

Llama el teléfono, Delia



"A Delia le dolían las manos.  Como vidrio molido, la espuma del jabón se enconaba en las grietas de su piel, ponía en los nervios un dolor áspero trizado de pronto por lancinantes aguijonazos.  Delia hubiera llorado sin ocultación, abriéndose al dolor como un abrazo necesario.  No lloraba porque una secreta energía la rechazaba en la fácil caída del sollozo; el dolor del jabón no era razón suficiente, después de todo el tiempo que había vivido llorando por Sonny, llorando por la ausencia de Sonny. Hubiera sido degradarse, sin la única causa que para ella merecía el don de sus lágrimas.  Y además estaba allí Babe en su cuna de hierro y pago a plazos.  Allí, como siempre, estaban Babe y la ausencia de Sonny.  Babe en su cuna o gateando sobre la raída alfombra; y la ausencia de Sonny, presente en todas partes como las ausencias...".



Julio Cortázar, de su libro "La otra orilla"


sábado, 2 de mayo de 2015

Toda la nada

Este blog, Toda la nada, con sus poesías me dejó muda.  Conocí al escritor antes de conocer el blog, conocí al profesor de piano antes de conocer al escritor.

Aquí les comparto un poema del autor, Federico Bianco, con la nostalgia del otoño y ese reacomodar cuando una relación deja de serlo.  Sublime.  Lean:


Lo que quede de la tarde II

Reubicar
el espacio anguloso
que queda
de pronto entre los meses,

guardar

todos los juguetes rojos que se fueron dispersando
sobre el mapa de tu cuerpo

volver a látigo contra mis muebles.



Pensar,
cuántos poemas caben
entre tu casa y mi casa,
cuántos poemas quedan
para tacharte.


El otoño está oportunamente cerca
cuando éstas cosas duelen raro,
distinto,
como ablandadas en un licor de leña.


Nuevamente


eternamente


juntaré mi nombre de entre las hojas
sin encontrar todas las letras
y veré la película de miel que
-otra vez-
se unta sobre las cosas
para oscurecerlas,
para hacerlas de vuelta mías.



Hoy tengo un nuevo marzo bajo la lengua,
un nuevo mármol creciéndome en los ojos.

Un río quemado donde me acuesto,
una mordaza de tilo.


Un laberinto de nueces, descalzo.



Y el punto técnico de nieve que te destiñe los ojos.

Y tu pelo largo sobre la ruta, sobre las casas,
sobre mi parque y el piano.



La muy cansada aparición del ángel de tabaco
esparcido sobre las hojas.