viernes, 18 de noviembre de 2016

ODA AL PRESENTE

A éste poema, lo descubrí hace varios años.  Hoy lo puedo resignificar, encuentro una potencia vinculada al presente que no había experimentado antes.  Estos versos renacen para entregarme un mensaje fresco, nuevo.  Aquí lo comparto y te invito a sentir cómo la vida es esto que está pasando, en éste momento, no hay otro.  Ahora, mientras estás leyendo "Oda al presente", está galopando tu corazón, te está recorriendo la sangre, como un río.  Te crece el pelo y las uñas, se están activando millones de conexiones neuronales, parpadean tus ojos, tus pulmones se expanden, estás oxigenando, oliendo, desechando, posiblemente ovulando, tocando, segregando, cicatrizando, escuchando, coordinando, moviendo, contrayendo.  Estás siendo un milagro consciente de sí mismo.


ESTE
presente
liso
como una tabla,
fresco,
esta hora,
este día
limpio
como una copa nueva
—del pasado
no hay una
telaraña—,
tocamos
con los dedos
el presente,
cortamos
su medida,
dirigimos
su brote,
está viviente,
vivo,
nada tiene
de ayer irremediable,
de pasado perdido,
es nuestra
criatura,
está creciendo
en este
momento, está llevando
arena, está comiendo
en nuestras manos,
cógelo,
que no resbale,
que no se pierda en sueños
ni palabras,
agárralo,
sujétalo
y ordénalo
hasta que te obedezca,
hazlo camino,
campana,
máquina,
beso, libro,
caricia,
corta su deliciosa
fragancia de madera
y de ella
hazte una silla,
trenza
su respaldo,
pruébala,
o bien
escalera!

Si,
escalera,
sube
en el presente,
peldaño
tras peldaño,
firmes
los pies en la madera
del presente,
hacia arriba,
hacia arriba,
no muy alto,
tan sólo
hasta que puedas
reparar
las goteras
del techo,
no muy alto,
no te vayas al cielo,
alcanza
las manzanas,
no las nubes,
ésas
déjalas
ir por el cielo, irse
hacia el pasado.
eres
tu presente,
tu manzana:
tómala
de tu árbol,
levántala
en tu
mano,
brilla
como una estrella,
tócala,
híncale el diente y ándate
silbando en el camino.

Pablo Neruda




Cariños.