lunes, 25 de julio de 2016

¿Y esto qué es? ¿De qué hablo cuando hablo de Coaching Literario?


Soy Ana Maidana, Escritora y Coach Ontológico Profesional. Te acompaño en tu desarrollo como escritor hasta que logres encontrar tu estilo. Sesiones personales de asesoría y coaching para obras literarias. Coordino talleres de expresión y escritura creativa presenciales o virtuales. 

Creo que los escritores necesitamos que otro escritor lea nuestros escritos.  Es en la mirada del otro como el ser humano se constituye.  Es en la confrontación de nosotros mismos con el otro donde nos reconocemos con nuestra forma y podemos decidir corregir esa forma o reconfirmarla.  Es en el contraste y la experiencia de los polos cuando surge la decisión.  Es en la duda que genera la pregunta cuando surge la necesidad de emprender el viaje que disuelve esa duda.  Ahí mismo, en ese viaje, se encuentran las respuestas.  Cuando queremos responder es cuando se emprende la búsqueda y se encuentra el camino: "Esto es lo que quiero", "Esto no lo quiero".

Hay preguntas que usualmente nos hacemos y hay otras preguntas que no se nos ocurrirían, o de pronto, no nos formulamos.  Se trata de preguntas que pondrían en riesgo nuestra comodidad en el paradigma en el que vivimos.  Una pregunta como: "¿Soy feliz escribiendo lo que escribo?", podría atentar con esta comodidad y podría incitar a cierta situación coyuntural.  Sin embargo, es esa "crisis" que genera esta nueva situación coyuntural el espacio fértil para ir en busca de la respuesta a esa pregunta y enfrentarnos con aspectos que hasta hace un rato no se encontraban en tensión. 

Entonces, cuando seguimos al otro nivel, "¿Qué necesito para ser feliz?", aparece una suerte de requerimientos para lograr esa felicidad.  Algo de esto sucede con el Coaching Literario aplicado a tu literatura, es una invitación a esa búsqueda de la respuesta personal en dirección a la satisfacción con la propia obra.

No hay una manera correcta de escribir, no hay un "deber ser" para los escritores, pero tal vez, sí haya una manera adecuada para cada escritor, la que genera mayor bienestar y, lo que no es poco, el escritor encuentra su propia voz.

En ese camino de descubrimiento acompaño al escritor y su comunicación.  

Hay una forma que le es propia, como su movimiento al caminar, un ritmo con el que une las palabras y los sonidos en consonancia con su propia identidad.

Acompaño a los escritores de manera grupal, en el Taller Literario El Pasaje, en Escobar

Coordino un taller para escritores en la SADE, en Recoleta, se trata de un taller experiencial vinculado a temas fundamentales para la escritura.

También, asisto a escritores de manera particular, podés enviarme un mensaje privado a anamaria.maidana@gmail.com y coordinamos una reunión por Skype.

Aquí comparto un texto del budista Jack Kornfield, extraído de su libro "Historias del espíritu, historias del corazón", a propósito de este canto particular de cada uno, vinculado a la identidad:  

Los miembros de una tribu de África oriental utilizan un canto especial para cada miembro de la tribu, el cual le es asignado antes de su nacimiento.

En dicha tribu la fecha de nacimiento de una criatura no es el día del parto, ni siquiera el día de la concepción, como en otras comunidades. Para ellos la fecha de nacimiento coincide con el instante en que la madre piensa por primera vez en ese hijo o hija.

La madre, consciente de sus intenciones de concebir un hijo con un hombre específico, se aleja para sentarse solitaria a la sombra de un árbol grande.  Allí se sienta y escucha con atención hasta que puede oír el canto de la criatura que ella espera traer al mundo.

Una vez que ha oído la canción, vuelve a la aldea y se la enseña al padre para así poder cantarla juntos mientras hacen el amor, invitando a la criatura a que se les una.

Cuando se realiza la concepción, la madre le canta la canción al hijo que lleva en el vientre, y luego se las enseña a las ancianas y a las parteras de la aldea, de manera que durante los trabajos del parto y el instante del nacimiento, la criatura sea bienvenida con dicho canto.

Después del nacimiento, todos los miembros de la aldea aprenden la canción de cada niño y se la cantan cuando se cae o se hace daño.

Se canta también en momentos de triunfo, en rituales y durante la iniciación.

Cuando llega la edad adulta, el canto se convierte en parte de su ceremonia matrimonial.

Al final de su vida, sus seres queridos rodean su lecho de muerte y entonan el canto por última vez.

Oír una historia así nos hace anhelar esa capacidad de escuchar y quisiéramos que nuestra vida y nuestro canto fueran considerados y guiados desde tan alta magnificencia.

Pero nos han desviado y nos han atraído al mundo del mercado.  Llevamos vidas complejas en tiempos metalizados donde impera la ambición y nos dirigen desde fuera.

Con qué frecuencia hemos olvidado escuchar.


Cariños.