viernes, 24 de febrero de 2017

Hoy nos visita: Ces Le Mhyte


Arrastra la mirada
todo lo que el viento toca
no necesita el aire
de la fuerza del Pensamiento
quizás lo creado no haya sido pensado.
Y, sin embargo,
una piedra golpea la puerta
se anuncia la muerte
de las grandes preguntas.


Ces Le Mhyte





Cariños.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Taller para escritores en la SADE: "Toda la creación duerme y sonríe". William Blake


Este primer encuentro del ciclo "Taller para escritores en la SADE" se llama: "Toda la creación duerme y sonríe", como decía William Blake en su poema, su "Canto para acunar", precisamente cuando le dice al pequeño: "Duerme, duerme, niño afortunado / que toda la creación duerme y sonríe". Vamos a estar abordando el hermoso tema de la creación en ese sentido, como algo que ya está y está dormido y somos tan afortunados de despertar.

Para que nos acompañen en esta tarea de despertar la creación, contamos con un artista invitado de lujo: Asto Lacke. Nos va a acompañar con su performance y en esa retroalimentación vamos a "danzar" estas dos horas de taller.

El segundo viernes de marzo hay un espacio para crear, podés aprovechar este momento para tu obra personal, podés venir acompañado y también podés compartir esta propuesta para que otros se enteren. Aquí en el flyer dejo de los datos para que hagas tus consultas y reserves tu lugar. Las vacantes son limitadas, así que no te demores en reservar.

Allí nos vemos





Cariños.

martes, 21 de febrero de 2017

Su Frida

Circulan por aquí, por allá, varias cartas que Frida Kahlo le hubiera escrito a Diego Rivera desde su profundo amor.  Es sabida ya la historia de ese amor tan dolido, sufrido, entre dos artistas mexicanos reconocidos en el mundo.  Infidelidades, amor con gran pasión.  Ella, absolutamente abnegada, sometida, se daba cuenta que él no merecía que lo ame pero no podía dejar de hacerlo.  Lo amó hasta su muerte.

Aquí, algunas cartas que Frida le mandara a Diego:


Diego:

Mi amor, hoy me acordé de ti aunque no lo mereces tengo que reconocer que te amo. Cómo olvidar aquel día cuando te pregunté sobre mis cuadros por vez primera. Yo chiquilla tonta, tu gran señor con mirada lujuriosa me diste la respuesta aquella, para mi satisfacción por verme feliz, sin conocerme siquiera me animaste a seguir adelante. Mi Diego del alma recuerda que siempre te amaré aunque no estés a mi lado. Yo en mi soledad te digo, amar no es pecado a Dios. Amor aún te digo si quieres regresa, que siempre te estaré esperando. Tu ausencia me mata, haces de tu recuerdo una virtud. Tu eres el Dios inexistente cada que tu imagen se me revela. Le pregunto a mi corazón por que tu y no algún otro. Suyo del alma mía.

Frida K




Diego:

Nada comparable a tus manos, ni nada igual al oro-verde de tus ojos. Mi cuerpo se llena de ti por días y días. Eres el espejo de la noche. La luz violeta del relámpago. La humedad de la Tierra. El hueco de tus axilas es mi refugio. Toda mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos, tus ojos, espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos. Solo tú en el espacio lleno de sonidos. En la sombra y en la luz; tú te llamarás auxocromo, el que capta el color. Yo cromóforo, la que da el color. Tú eres todas las combinaciones de números. La vida. Mi deseo es entender la línea, la forma, el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz.

Frida




Agosto 19 de 1939.

Mi niño,

Hoy hace diez años que nos casamos, tú seguramente ni siquiera recordarás el día ni la fecha ni nada. Yo sí, ahí le mando esas flores, y en cada una un montón de besos y el mismo cariño de toda la vida.
Hoy en la mañana me acordé de aquella cuando desperté y dijo: ¡zócalo! ya es rete-tarde para irme a la escuela! (20 de agosto de 1929)
te adora tu 

Frida




11 de junio de 1940

Ahora que hubiera dado la vida por ayudarte, resulta que son otras las ‘salvadoras’…  pagaré lo que debo con pintura, y después aunque trague yo caca, haré exactamente lo que me dé la gana y a la hora que quiera… Lo único que te pido es que no me engañes en nada, ya no hay razón, escríbeme cada vez que puedas, procura no trabajar demasiado ahora que comiences el fresco, cuídate muchísimo tus ojitos, no vivas solito para que haya alguien que te cuide, y hagas lo que hagas, pase lo que pase, siempre te adorará tu 

Frida.




México, 1953

Sr. mío Don Diego:

Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurame pero yo estoy resuelta a terminar ésta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean, quieren herirme el orgullo cortándome una pata… Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, NO, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví.
No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque sí te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno…no sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres…¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que me encabroné por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mí, primero por mí porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo no te di? Porque no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada…
Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada)… Te dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿Qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti… Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo “personalmente”, disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en éstas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, te “amputo” de mí, sé feliz y no me busques jamás. No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondar por mi jardín.
Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz.
Se despide quien le ama con vehemente locura, 

Su Frida






Cariños.

Tango


Y si hablamos de Tango, hablamos de Lunfardo.  Ese dialecto arrabal tan argentino que subyace en las letras de los tangos.


RECUERDO MALEVO
Año 1933
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera


Era mi pebeta una flora maleva
más linda que un día dorado de sol.
Trenzas renegridas, mirada que ruega,
boca palpitante de fuego y de amor.
Para conquistarla yo me jugué entero,
no valía la pena sin ella vivir,
peleando con taitas en un entrevero
pensé que era lindo por ella morir.

Tiempo viejo,
caravana
fugitiva
¿A dónde estás?

Florido tiempo que añoro
por tus caminos de olvido
viajan visiones que lloro,
sueño querido que te alejas.

Tiempo viejo,
caravana
fugitiva
¿A dónde estás?

Cinco años pasaron de la primer cita,
burlón el destino me obligó a volver.
Qué viejos los ojos de la muchachita,
que un día riendo me enseñó a querer.
Fuimos sin pensarlo como dos extraños,
su boca marchita y mi suspirar.
Habiendo cenizas de los desengaños
el recuerdo, amigo, es mejor borrar.




NARANJO EN FLOR
Año 1944
Música: Virgilio Expósito
Letra: Homero Expósito


Era más blanda que el agua,
que el agua blanda,
era más fresca que el río,
naranjo en flor.
Y en esa calle de estío,
calle perdida,
dejó un pedazo de vida
y se marchó...

Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento.
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon con el viento.
Después... ¿Qué importa el después?
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado
como un pájaro sin luz.

¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Qué le habrán hecho
para dejarme en el pecho
tanto dolor?
Dolor de vieja arboleda,
canción de esquina
con un pedazo de vida,
naranjo en flor.






Cariños.


domingo, 19 de febrero de 2017

"Masa" de César Vallejo

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...

César Vallejo, este poema pertenece a su libro "España, aparta de mí este cáliz", escrito en 1937 y publicado en 1939, luego de su muerte.








Cariños.

domingo, 12 de febrero de 2017

Amor a primera vista



Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿Qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún “lo siento”
o el sonido de “se ha equivocado” en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.

Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es más que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.


Wislawa Szymborska, “Fin y principio” Koniec i początek, 1993.