domingo, 20 de diciembre de 2015

#1 Hábito: Sobre el diálogo, el celular, unos jazmines y un vino.

Muy bien.  Vamos a crear hábitos.  Hace rato que perdí el hábito de publicar en este blog, nuestro blog, por ese motivo voy a subir una entrada por día...

Ok, diálogo (perdón por usar el guión pequeño, no encuentro en este formato la opción para usar el guión largo).  Aquí: converso conmigo misma.

-¿Podré?
-Claro, ¿Por qué no? Hubo una época en que lo hacías, sabés que podés hacerlo.
-¿Y si me quedo sin internet?
-Existe un lugar llamado "ciber".
-¿Y si el ciber también está sin conexión?
-No va a pasar.
-¿Y si pasa?
-Tenés un teléfono celular, podés subir una nota desde tu celular.
-¿Y si no tengo crédito en el celular, no me puedo conectar?
-Ok, ¿Todo el barrio se va a quedar sin internet? ¿Todo Buenos Aires?
-No tengo excusa.
-No, no tenés excusa.
-Excepto que no tenga nada para decir ¿Y si no tengo nada para decir, como en esos días en que no tengo nada para decir?
-¿En serio es posible no tener nada para decir?  ¿Podés dejar en blanco tu mente como un budista experimentado?
-No.
-Ok.
-¿Tiempo? ¿Si no tengo tiempo?
-¿Cuánto tiempo necesitás para subir una nota?
-No, claro, con cinco minutos subo una nota.  Estoy contra las cuerdas.
-Sip.  Necesitás disciplina.
-Sí, necesito disciplina.  Necesito generar hábito.
-Mirá el lado positivo.  Ya estás pensando en que van a haber días que no vas a poder subir una nota, ¿Qué problema hay? Al otro día podés dar las explicaciones de por qué no pudiste subir la nota, no es terrible.
-Claro, no es terrible si algún día no puedo.
-¿Vas a crear hábito?
-Dale.
-¿Cuántos días vas a escribir?
-10
-Poco.
-20.
-Sabés que para crear hábito, como mínimo, son 21.
-30.
-40.
-35.
-50.
-Ok, 50 días de notas consecutivas para generar hábito.  ¿Esta cuenta como #1?
-No.
-Dale.
-Bueno, esta cuenta como #1.
-Gracias.
-A vos... bueno, podés subir una imagen desde tu celular para comenzar... una imagen cualquiera y usala como disparador.
-Me gusta:

Imagen de mi celular que me recordó a una frase de Cortázar de "Me caigo y me levanto": "Un jazmín, para dar un ejemplo perfumado, a esa blancura ¿De dónde le viene su penosa amistad con el amarillo?"


Jazmines y vino.  La muerte de la flor y la uva, los perfumes y la suavidad.  La suavidad del jazmín (inmaculado o amarillento) es el mejor regalo para mi tacto.  ¿Acariciaste un jazmín? ¿Sabés de la suavidad que hablo? ¿La podés recordar mientras te digo esto?

El poder de la imaginación, que no distingue entre ilusión y percepción.  Te hablo de esos pétalos y parece que te están rozando.  Tomamos el vino.  Lo saboreamos con la lengua.  Ya no tengo ese vino, pero no importa, podemos imaginarlo.  Comprobemos, así, así, una y otra vez, que podemos ser felices imaginando. Podemos ser felices en la nada.


A partir de ahora, se vienen #49 notas consecutivas (sobre absolutamente cualquier cosa, me gustó lo de extraer una imagen guardada en mi teléfono, una imagen de los días cotidianos).

Y ahora digo, como decía hace tiempo: Cariños y hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario