miércoles, 23 de diciembre de 2015

#4 Hábito: Golpea la puerta



Golpea la puerta si quieres pasar.

Golpea con la mano de bronce si quieres pasar, golpea la puerta para que te abran.

Si no golpeas la puerta con la mano de bronce, el que está adentro no oirá tus lamentos.

Si no golpeas la puerta con la mano el que está adentro no oirá tus lamentos ni adivinará lo que pasa.

No adivina lo que pasa hasta que escucha golpear la puerta con la mano de bronce, para el que está adentro.

No adivina hasta que escucha golpear la puerta con la mano de bronce, para el que está adentro, porque no sabe, tampoco y de ninguna manera, lo que él mismo quiere.

No adivina hasta que escucha golpear la puerta porque nadie sabe hasta que escucha cómo se golpea una puerta con una mano de bronce para poder pasar, nadie sabe cómo suena el bronce, nadie sabe cómo pasar.

Si no golpeas, no pasarás.  Acéptalo y deja la vida golpear tu puerta con su mano de bronce.  Es tu puerta y es tu mano de bronce la que golpea y nadie sabe cómo suena el bronce.  Excepto tu mano.

Golpea la puerta si quieres pasar.  Atrévete.




Cariños y hasta mañana.


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