lunes, 28 de diciembre de 2015

#9 Hábito: Retomo Cananciost



Ahora, con toda la energía (recién volvió después de un corte de luz) retomo Cananciost.

Llegué a hablar de Dios, incluso.  Hice un gran esfuerzo por subir Cananciost, por eso me reconozco el haberlo hecho.  Técnicamente, la nota #8 sería la que ejerce su fuerza para mantenerme en el hábito de no escribir una nota diaria.  Durante este desafío de escribir cincuenta notas seguidas, voy a encontrarme con algunas resistencias que me van a tentar con no hacerlo.  En este caso, el cansancio era una gran excusa para no hacer, pero sin embargo no lo fue.  Eso manifiesta que hay que tener una fuerza de voluntad que supere a las excusas para lograr un cambio en el hábito, o más bien, generar un hábito nuevo.  Hábito nuevo, como aprendizaje nuevo.  Una nueva manera de hacer es aprender algo, es pensar distinto y esto requiere de práctica.  Como dice nuestro amigo de la bicicleta al revés, Destin: "Una vez que tengas una forma rígida de pensar en tu cabeza, a veces no puedes cambiarlo, aunque quieras".

Te invito a que mires este video, clickeando aquí: "La bicicleta al revés".

Cananciost me dejó, por un lado, la batalla ganada contra el desgano.  Por otra parte, una vinculación con la presencia de Dios. Puedo pensar en Dios en cualquier día de mitad de semana, a cualquier hora, en cualquier situación emocional (me refiero a que, generalmente, acudimos en momentos de desesperación o profunda satisfacción).  Me vinculé con lo supremo con cansancio, después de un baño y agradeciendo a "La Creación".  En el baño, dejé mis manos a los costados del cuerpo y dejé la lluvia caer sobre mi cabeza.  Al cabo de unos momentos, percibía esa lluvia diferente, como un masaje capilar (¿O mi deseo de que fuera un masaje hizo que fuera un masaje?). El cambio en la percepción de la lluvia hizo que me conectara con el momento eterno de saberme en el presente.  Tan consciente y pleno.  Ahora mismo podés detenerte en este momento y contemplarlo.  Contemplar la vida y dejar que te atraviese: un cuadro, un viento, un pájaro que canta, la lluvia que cae, el perro que ladra, el niño que juega.

Si se trata de un cuestionar continuo sobre lo trascendental, es posible remitirnos a los Dioses, no pasa eso si pretendemos que la respuesta se trate de algo de este mundo, de algo humano, de algo visible, como un cuadro, un viento, un pájaro que canta.  Conectar con el tiempo y el espacio de manera profunda, hace que nos crucemos con los Dioses con y entre las cosas terrenales.


Cariños y hasta mañana, si Dios quiere.

2 comentarios:

  1. Las cosas del mundo son del mundo y las del espíritu son del espiritu

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  2. ¿Y nosotros no estamos en este mundo? ¿No tenemos espíritu, acaso? ¿Cómo accedemos al espíritu si no es a través nuestro, que somos de este mundo? Abrazo.

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