lunes, 1 de enero de 2018

Reproche, idea, presente y proceso



Esta es la luz que emite el monitor de mi computadora y se refleja en la pared de mi casa.  Esto está pasando ahora, estoy escribiendo esta nota en la última hora del día y me alumbra sólo la pantalla. ¿Cuál es el mensaje? El mensaje es que es ahora.  Ahora estoy escribiendo y no antes.  Ahora tenía que ser ¿Por qué digo esto? Hoy pensé en que sería interesante comenzar el año 2018 escribiendo una nota cada día.  Así estaría siendo coherente con las metas que me impuse para este año, me pareció buena idea.  Lo que sucedió fue que, luego de pensar en eso, otro pensamiento vino: "¿Cómo no lo hice antes?".  Apareció el viejo y conocido reclamo "¿Qué hice en todo este tiempo?", acompañó un "No me costaba nada hacerlo", resonó el legendario "Cuánto tiempo perdí" y todo esto concluye dándole forma al conocido reproche.

El reproche aparece en escena justo después de la buena idea.  Me pregunto ¿Esto es así? ¿Si me lo estoy reprochando es porque considero que hice algo mal?, ¿Si hice algo mal antes, entonces, ahora estaría haciendo bien?

Imaginé que podría ser muy probable que a alguien le pasara algo parecido: frente a la nueva idea o la experiencia de algo positivo, aparece el reclamo al "yo"anterior, al que no lo hizo antes, al que no se dio cuenta o no supo hacerlo. Por eso, te invito a que pienses un momento si hay algo en tu vida del pasado que estés reprochándote por no haber hecho.  Una culpa doblada en algún cajón.

¿Cómo hice para disolver esa culpa?  Aceptando.  Justamente, entendiendo que la que fui no se dio cuenta, no supo hacerlo, no pudo o no quiso hacer algo diferente a lo hecho, en efecto.  La que fui estaba ocupada en otros temas fundamentales para que hoy pudiera elegir hacer algo distinto y positivo.  La que fui era necesaria para que hoy cambie.  La anterior a la que hoy decide fue fundamental en el proceso, hizo lo que pudo en su momento.  Ver el proceso, no compartimentos estancos.

Me parece que lo mejor para disolver ese reclamo autoinfligido es considerar que ya no somos los que no hicieron, no somos los mismos. Sólo tenemos el presente.  Nuestro presente, ese que moldeamos y respiramos, es ahora, hoy podemos hacer algo mejor que ayer, sin culpas, sin demandas.  Ayer no pudimos, hoy sí podemos.  

Agradedemos y celebramos que hoy podemos.   Ayer no era el momento, hoy es el momento, hoy aprendimos algo nuevo aunque no definamos con claridad cuál es ese recurso ganado.  Confiemos en el proceso.



Cariños.



No hay comentarios:

Publicar un comentario