martes, 9 de febrero de 2016

#46 Hábito: El amenazado


EL AMENAZADO

Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir. 
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. 
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. 
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, 
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, 
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes, 
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño? 
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. 
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se 
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz. 
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. 
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. 
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. 
Ya los ejércitos me cercan, las hordas. 
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.) 
El nombre de una mujer me delata. 
Me duele una mujer en todo el cuerpo.


Jorge Luis Borges


Hoy comparto este poema porque me conmueve cómo Borges muestra su melancólica manera de estar enamorado.  Su desesperación y ese "no hay remedio", apesadumbrado.  Nos da tan en el blanco cuando dice "(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto)" dando cuenta que el resto de la vida y las cosas no tienen sentido, no existen si el amor no lo toca, no lo participa. 

En este poema se pinta él mismo, pinta Borges al Borges pasivo, doliente ante el amor, sensible, un poco escéptico "(Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles)", no quiere creer, se resiste al nombre que lo delata.  El mismo se delata como un enamorado que sufre ante el amor, le genera ansiedad y cuando lo recibe, claudica, se resigna: "Es el amor.  Tendré que ocultarme o que huir".  No puede recibirlo de frente, no puede celebrarlo.

Elegí esta imagen porque me generó un poco de nostalgia.  Las flores vistosas tiradas en las vías del tren, un poco pisoteadas, esperando el tren o la lluvia.  "La espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo". 


Cariños y hasta mañana.

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