jueves, 13 de marzo de 2014

Ni tú ni yo somos los mismos.


Cuento Indio:

"El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión. Entre sus primos, se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto a matarlo.
Cierto día que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca sólo cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido permaneció impasible, sin perder la sonrisa de los labios.
Días después, el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente.
Muy sorprendido, Devadatta preguntó:
-¿No estás enfadado, señor?
-No, claro que no.
Sin salir de su asombro, inquirió:
-¿Por qué?
Y el Buda dijo:
-Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando me fue arrojada."


Reconocer la transitoriedad de las cosas y los eventos.  Aprender sobre la inestabilidad y el movimiento constante.  Dejarse fluir por los acontecimientos sin que estos nos dañen, sin que nos toquen.  Permanecer en una posición contemplativa y compasiva, sin demorar un instante ni perder la sonrisa.
Waaaaaoooww ¿Alguna vez lo aprenderemos?
¿Parece una posición de frialdad o falta de pasión?... creo que es amor.  Amor y calma, amor a uno mismo, propio. Si nos amamos nos cuidamos ante todo, no permitimos que nos dañen.  No tiene que ver con egoísmo, mas bien, tiene que ver con amor para mi.
¿Parecería que se niegan las emociones?... creo que este es un nivel más avanzado del juego.  No se trata de negar las emociones, sino manejarlas al punto de alquimizarlas.  Gestionar las emociones desde los pensamientos, integrarlas a nuestra vida sin sufrimiento.
Las emociones son disparadas por nuestra interpretación de los eventos, si interpretamos que esto también va a pasar, ¿Cómo sería nuestra emoción?  ¿Podría ser más liviana y efímera?.

Sería lo ideal, despegarse, contemplar y gestionar las emociones.  Como teoría sería fascinante lograr ese estado de conciencia.  Por ahora esto lo veo muy lejano, aunque estoy en camino con esta pequeña y gran reflexión: ya no soy la que era.  Ni vos, ni yo.  Y estoy viendo que esto también va a pasar.  Eso me alivia.

"¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!" Jonathan  Swift.
Y qué simple y profundo: vivir todos los días de tu vida.  No dejes que el sufrimiento se apodere de vos mucho tiempo.  La vida es breve y todavía quedan muchos sueños por cumplir.
Si no te gusta el camino por el que vas, siempre existe la posibilidad de girar a la derecha y cambiar el rumbo...

Buen viaje


... y cariños.


2 comentarios:

  1. Muy bonita reflexión.... Un clave profunda para los tiempos que vivimos. Esto es igual a nada de rencores ni venganzas... solo construcción de sueños y de nuevos amaneceres.

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  2. Claro que sí. Los rencores pierden su "para qué?" cuando pensamos que todos cosecharemos nuestra siembra. Cariños.

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