"Mija, cuando estaba trabajando y pasaba alguien pidiendo comida, yo no sabía qué hacer, porque la comida que había ahí no era mía. Entonces le pregunté a la Señora qué era lo que tenía que hacer y ella me contestó: -Emma, haga lo que su corazón le dice. Si quiere darle, hágalo. Si no quiere, no".
Con tanto ruido, tanto "deber ser" y "tenés que ser así","esto está bien, aquello está mal".
Con tanto pito y tanto bombo no podemos escuchar esa voz que nos habla despacio... en calma.
En definitiva, un escritor (y cualquier artista) hace eso: mantiene una conversación con su corazón que está ahí, tocando la puerta.
Cariños.
Si solo hablara el corazón sería fácil, pero luego hay muchas voces y uno se confunde
ResponderEliminarSaludos!!
Sí Nefer. Aparecen los mandatos, las creencias, lo aprendido. No nos olvidemos de lo hacemos para sentirnos queridos. Mucho barullo en el medio, pero hay una esperanza: el corazón no se calla, aunque nos esforcemos para no escucharlo. Un cariño grande, Nefer.
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