Aquí les comparto un poema del autor, Federico Bianco, con la nostalgia del otoño y ese reacomodar cuando una relación deja de serlo. Sublime. Lean:
Lo que quede de la tarde II
Reubicar
el espacio anguloso
que queda
de pronto entre los meses,
guardar
todos los juguetes rojos que se fueron dispersando
sobre el mapa de tu cuerpo
volver a látigo contra mis muebles.
Pensar,
cuántos poemas caben
entre tu casa y mi casa,
cuántos poemas quedan
para tacharte.
El otoño está oportunamente cerca
cuando éstas cosas duelen raro,
distinto,
como ablandadas en un licor de leña.
Nuevamente
eternamente
juntaré mi nombre de entre las hojas
sin encontrar todas las letras
y veré la película de miel que
-otra vez-
se unta sobre las cosas
para oscurecerlas,
para hacerlas de vuelta mías.
Hoy tengo un nuevo marzo bajo la lengua,
un nuevo mármol creciéndome en los ojos.
Un río quemado donde me acuesto,
una mordaza de tilo.
Un laberinto de nueces, descalzo.
Y el punto técnico de nieve que te destiñe los ojos.
Y tu pelo largo sobre la ruta, sobre las casas,
sobre mi parque y el piano.
La muy cansada aparición del ángel de tabaco
esparcido sobre las hojas.
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