JARDÍN
Cuánta riqueza, qué destino formidable
los dejaron pasar a un jardín coincidente.
Rara vez un hombre y una mujer coinciden con la frescura
mirando ambos el mismo brote rojo
que aparece de golpe como una bendición.
Pero uno iba a otros parques y una ansiaba el regreso
era poco el tiempo y cada vez menos.
Ella pasó por el jardín y qué tristeza
y quedó sola con el vástago seco, asumido
el césped ya no conversaba en el fondo.
Buscó el mismo brote rojo que había sido una vez
y encontró la tristeza y sola y un pimpollo muerto.
Él iba a otros parques
y en un descuido
entró la noche con su mano.
Ana Maidana. "Pausas de Madera".
Cariños.
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